CUATRO ESTRENOS, CUATRO
Un viernes cargado de futuro
Otro gran film para esta semana es La calle de la amargura, lo último del maestro mexicano Arturo Ripstein, de nuevo en blanco y negro, de nuevo sobre un guión de su esposa, la aguda Paz Alicia Garcíadiego. El film es de una negrura que hiela la carcajada, una historia basada en hechos reales que se decanta hacia el esperpento, hacia el universo de Valle Inclán. El resultado, tan magistral como estremecedor, nos habla de crímenes absurdos, de miseria y mendicidad, de prostitución enfermiza, de enanos gemelos enmascarados para el ring…
También se anuncia Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet, esa película interpretada por la portentosa Juliette Binoche que se presentó en festivales como Berlín y Valladolid y que nos aproxima, sin concesiones, a una dura historia de supervivencia conectada con una quimérica expedición en busca del polo Norte.
Y si los hechos o ambientaciones en casos reales parecen ser el leit motiv de todas las películas citadas, lo mismo sucede con la argentina Paulina, la Patota, del valioso Santiago Mitre, una imprescindible aproximación a la personalidad y circunstancias de Paulina, la Patota, una joven decidida y combativa cuya trayectoria personal fue objeto de una versión cinematográfica tan exitosa como morbosa en los años 60, de la mano del cineasta Daniel Tinayre, la actriz Mirtha Legrand y un oportunista título en España, Ultraje. En la película de Mitre, la intérprete principal es la estupenda Dolores Fonzi.
ANTONIO LLORENS